El comportamiento de la economía y las políticas adoptadas por el Banco afectan el tamaño y composición de su balance, impactando la tendencia de sus utilidades y pérdidas. La deuda en pagarés en sus pasivos se explica tanto por la necesidad de financiar el rescate del sistema financiero en la primera mitad de los años ochenta, como por la esterilización de los efectos monetarios de la acumulación de reservas internacionales en los noventa, en los años 2008 y 2011.
1/El balance es preparado en concordancia con las Normas Internacionales de Información Financiera (NIIF). Ver Estados Financieros (nota N° 2(a)).
Medido en pesos, durante 2018 el tamaño de los activos totales aumentó en $3.512 mil millones (tabla 13.1). Con ello, medidos respecto del PIB, los activos totales subieron desde 13,9 hasta 14,9% entre 2017 y 2018. El mayor incremento, de $3.748 mil millones, se dio en el saldo de las reservas internacionales. Esto, por la depreciación del peso $2.263 mil millones, junto con ganancias por intereses de $384 mil millones, a lo que se le agrega el efecto de aportes de bancos comerciales y del Fisco por $1.101 mil millones. Otras variaciones relevantes dentro de los activos son las disminuciones de $142 mil millones en el saldo de activos de política monetaria y de $143 mil millones en el saldo de la deuda subordinada debido al pago de la cuota anual realizada por el Banco de Chile.
El saldo de los pasivos, excluyendo el patrimonio, aumentó en $1.489 mil millones durante 2018, aunque en términos relativos disminuye desde un 17,1% del PIB en 2017 a un 16,9% del PIB en 2018. La mayor variación se registró por el incremento del saldo de otros pasivos de política monetaria en $1.259 mil millones por un mayor uso de FPD (Facilidad Permanente de Depósito), seguido de un aumento en el saldo de los depósitos del Fisco y otros del sector público por $552 mil millones, un incremento en el saldo de cuentas corrientes y encajes bancarios de $358 mil millones y un aumento en el saldo de la base monetaria de $190 mil millones. Por otra parte, disminuyó el saldo de pagarés de política monetaria en $952 mil millones, debido a vencimientos de BCP (Bonos del Banco Central en pesos) y BCU (Bonos del Banco Central en UF).
Así, durante 2018, el déficit patrimonial disminuyó, con un aumento del valor nominal de los activos mayor que el incremento nominal de los pasivos (gráficos 13.1 y 13.2). Se registró un patrimonio negativo de $3.760 mil millones, a partir de un capital inicial de - $5.711 mil millones, otras reservas por $64 mil millones y el resultado neto del ejercicio 2018 de $1.886 mil millones. Este último se debió a una ganancia de $2.136 mil millones por los cambios de valor de los activos y pasivos — principalmente derivados de los movimientos del tipo de cambio—, gastos por concepto de intereses por $164 mil millones, y costos no financieros por $85 mil millones, mayormente atribuidos a costos de emisión y distribución de circulante y a gastos de personal y administración.
El retorno promedio de los activos, principalmente reservas, es determinado por el nivel de las tasas de interés externas en instrumentos de alta liquidez y seguridad. El costo de los pasivos se asocia a la TPM y su evolución esperada, la que afecta la tasa de colocación de los pagarés del Banco. En 2018, se registró un diferencial negativo de 0,3% entre las tasas de interés de los activos (1,6%) y de los pasivos totales (1,9%).
La tasa de interés promedio pagada y devengada por las reservas internacionales aumentó desde 1,3% a 1,6% entre 2017 y 2018, debido al incremento de las tasas cupón de los papeles de corto plazo y a una disminución de las tasas de largo plazo. Localmente, la tasa de interés de los pagarés de política monetaria bajó en 10 puntos base, principalmente por el aumento de la porción de la deuda de corto plazo compuesta por PDBC (Pagarés Descontables del Banco Central) en desmedro de BCP y BCU, a pesar del incremento de la TPM.
Respecto de los reajustes, durante 2018 la variación del tipo de cambio arrojó ganancias contables, mientras que la variación de la UF provocó pérdidas. Como es habitual, el factor de mayor incidencia fue el efecto cambiario, por su relevancia en el valor en pesos de las reservas internacionales. Entre fines de 2017 y de 2018, la depreciación del peso respecto de las monedas que constituyen las reservas aumentó su valor en 9,3% y el de los activos totales en 9,1%. Por su parte, los efectos de una mayor inflación en los pagarés denominados en UF y los menores costos del circulante, resultaron en un reajuste del valor total de los pasivos de 0,7%.
La disminución en la posición denominada y pagadera en moneda nacional se explicó principalmente por los flujos negativos por intereses y los cambios en la valorización de la posición en moneda nacional —$765 mil millones—, que se debieron mayormente a los costos de los pagarés del Banco por $612 mil millones.
2/Las posiciones o saldos de activos menos pasivos por moneda permiten evaluar la exposición al riesgo cambiario del patrimonio. Separando sus variaciones en flujos de a) intercambios entre saldos y b) intereses y cambios de valorización, es posible seguir con mayor precisión las políticas adoptadas por el Banco.
La posición denominada y pagadera en moneda extranjera disminuyó en US$44 millones, explicado principalmente por menores flujos de intereses, reajustes y otros asociados a pérdidas por paridad (depreciación de otras monedas respecto del dólar) y menores ganancias por intereses de las reservas internacionales de US$442 millones.
Estos gastos corresponden a aquellos que sirven de apoyo para la gestión, tales como remuneraciones y beneficios al personal, uso y consumo de bienes y servicios, y otros gastos necesarios para el desarrollo de las actividades del Banco (tabla 13.2). En el Estado de Resultados Integrales, estos gastos se presentan desglosados en las siguientes partidas: i) gastos de personal y administración, y ii) otros ingresos y gastos. En 2018, del total de gastos de personal y administración, los gastos de personal representaron 64,7%, los gastos de administración 32,1% y el gasto por provisión de beneficios post empleo 3,2%.
El gasto de personal se mantuvo estable en términos reales entre 2017 y 2018. En 2018, la dotación alcanzó a 668 personas, (666 el 2017). De ella, a diciembre de 2018 los profesionales representaron 79,9%.
Entre 2017 y 2018, los gastos de administración disminuyeron 0,5% en términos reales. Dicha variación se debió, principalmente, a una disminución en servicios generales, asesorías, encuestas, estudios y seminarios; compensada parcialmente por un aumento en mantención en bienes del activo fijo y gastos en computación y de desarrollo tecnológico.
El inciso segundo del artículo 76 de la LOC establece que los Estados Financieros del Banco deben contar con la opinión de auditores externos. Estos deben ser designados por el Consejo, entre los registrados en la SBIF. El Consejo, mediante Acuerdo 1775 del 5 de septiembre de 2013, adjudicó el contrato de prestación de servicios profesionales a la compañía KPMG Auditores y Consultores Ltda. por el período 2014-2016, el cual establece la opción de renovar dicho servicio anualmente y en forma automática durante el periodo 2017-2019.